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miércoles, 25 de septiembre de 2013

¿Qué es la Danza Movimiento Terapia?


La danza movimiento terapia es una técnica que utiliza la danza y el movimiento para promover el desarrollo integral: en el aspecto cognitivo, físico y socio-emocional de las personas.

La danza movimiento terapia (DMT) propone que nuestros movimientos reflejan estados emocionales y estilos de comportamiento. Cada uno de nosotros nos “movemos” como “somos”. Por ejemplo, tenemos una forma particular de caminar, un estilo para conversar acompañando nuestra comunicación verbal con movimientos de las manos o incluso una velocidad y ritmo para hacer las cosas. Todo esto específico en cada uno de nosotros se llaman Patrones de Movimiento. Al modificar estos patrones de movimiento se producen cambios internos.

Un espacio de dmt  abre las posibilidades de exploración a través del movimiento, se acompaña de estímulos auditivos, visuales y táctiles y pide prestado algunas herramientas de las otras artes: pintura, modelado, teatro. Quien sostiene este espacio es el danzaterapeuta, una persona especializada que ha sido formada en observación, análisis e intervención psicoterapéutica a través de la danza y el movimiento.

La sesión de danza movimiento terapia no es una clase de baile, no se enseñan pasos ni coreografías. El danzaterapeuta no es un profesor. Por lo tanto, no se requiere experiencia previa y tampoco condiciones físicas específicas. Es posible aplicarla en todas las personas, pues se trabaja desde lo que cada una puede hacer, puede mover o desea expresar, desde el SÍ.

 

Danza Movimiento Terapia en los niños

En líneas generales podemos decir que el movimiento como forma de expresión es parte del ser humano a través de la historia y, en forma más próxima, mencionaremos que el movimiento es esencial en las diversas etapas de la vida del ser humano.

El bebé dentro del vientre materno ya se mueve, podemos decir, a voluntad. En los primeros meses posteriores a su nacimiento, descubre que moviéndose de una u otra forma puede lograr respuestas en mamá y papá. Su panorama visual cambia cuando pasa de estar acostado a poder levantar la cabeza estando boca abajo y más estando sentado. Alrededor del año, descubre que puede desplazarse por sus propios medios y no depende de nadie para explorar el espacio. Luego viene el jugar a correr, trepar, saltar, girar y el movimiento es parte de su día a día y de su desarrollo; también es su manera de comunicarse.

La dmt puede ser aplicada en los niños desde lo preventivo y de la intervención psicoterapéutica, en las distintas etapas de la vida infantil y con objetivos específicos.

Para mencionar algunos objetivos podemos decir que a través de la dmt:

-       Se fortalece el desarrollo de la psicomotricidad: el cuerpo desde el movimiento y la emoción.

-       Se propicia la conciencia corporal como posibilidad.

-       Se desarrolla una autoestima saludable.

-       Se promueve el contacto y las interacciones sociales.

-       Se expresa y orienta emociones: manejando el control de impulsos

-       Se estimula la capacidad creativa y el juego para la toma de decisiones y la resolución de inconvenientes.

 

Un camino desde el inicio

La dmt puede darse como acompañamiento y preparación para el parto, dándole a la mujer embarazada más estrategias para afrontar el momento de dar a luz y fomentar la conexión con el bebé.

Desde el nacimiento se trabaja apego y vínculo saludable entre mamá-papá y bebé, a partir del sostén y el aprendizaje para asumir el nuevo rol de padres.

En la infancia se puede acompañar el despegue y la independencia, el crecimiento emocional y el desarrollo social.

En la pubertad y adolescencia se abre el espacio para la exploración de los cambios físicos y psicológicos, incluso la orientación vocacional.

En los adultos, puede ser una posibilidad para encontrar nuevas formas de afrontar situaciones y en los adultos mayores, una propuesta para una mejor calidad de vida.

 

Una alternativa psicoterapéutica

En poblaciones con características específicas puede resultar una alternativa válida pues se parte desde lo posible, es decir desde lo que cada uno “puede hacer”, a través de un canal de comunicación distinto: lo no verbal.

La dmt trabaja en poblaciones infantiles con discapacidad física o mental, trastorno generalizado del desarrollo, hiperactividad, déficit de atención, en niños con inconvenientes de comportamiento, con problemas dentro del sistema familiar o que hayan atravesado alguna situación que comprometa su salud emocional o afectiva.

 
Cuando las palabras no son suficientes, recurrimos al movimiento como expresión. La danza transforma los movimientos cotidianos en arte, comunica y sana