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martes, 5 de abril de 2011

ARTICULO: VEN A JUGAR CONMIGO

Yo quiero jugar
Para los niños el juego es una actividad indispensable y afortunadamente lo es. Pues  a través del juego es que tienen la posibilidad de  explorar y desarrollar su propio cuerpo, tomar contacto con otros e iniciar relaciones interpersonales para ir ensayando lo que será su papel en la sociedad.
El juego le posibilita al niño conocer el mundo, aprender el vocabulario adecuado para comunicarse e incluso imitar actividades que realizan los adultos. El juego cumple un rol fundamental  en el aprendizaje de los niños.
En el aspecto psicológico, podemos decir que el juego desarrolla el pensamiento creativo, entrena en la solución de problemas, brinda la capacidad para manejar tensiones y ansiedades, ofrece habilidades para adquirir conocimientos y  herramientas para la vida.

El juego del niño es:
a.    Simbólico: porque representa la realidad
b.   Significativo: se relaciona con experiencias cotidianas
c.    Activo: se aprende con la acción
d.   Placentero: porque se prioriza el disfrute de la actividad
e.   Voluntario e intrínseco: parte de las ganas de jugar y de la curiosidad



Mi juego va creciendo conmigo

- De los dos a los tres años: El niño tiene un juego en solitario. Las actividades son, básicamente, comportamientos repetitivos (sacar y guardar objetos, montar y desmontar juegos, etc.). Posee juegos rituales, encuentra placer en realizar varias veces el mismo juego. El juego es paralelo, pueden jugar varios niños a la vez pero cada uno en su propia actividad.

- Entre los tres y cinco años: El niño ya expresa su imaginación y fantasía a el juego. Aparece el juego simbólico, juega normalmente a representar roles y escenas de la vida cotidiana, por ejemplo: a ser médico o a hacer una clase del colegio. Se da el inicio del juego cooperativo.


De los cinco a los siete años En esta etapa ya el niño es capaz de jugar con otros en juegos organizados, representando cada uno de ellos un papel y dándose la interrelación. Proponen reglas de juego y se esfuerzan por respetarlas, si alguno no lo hace, el grupo se encarga de manejar la situación.

Quiero que juegues conmigo
La mejor manera de compartir tiempo con nuestros hijos es jugar con ellos, pero es bueno tomar en cuenta algunas pautas para poder aprovechar plenamente esta actividad:
-       No necesariamente debemos tener juguetes complejos o caros para poder jugar, cualquier material puede servirnos de juguete. Incluso podemos fabricar los elementos de juego y, que el proceso de elaboración ya sea de por sí parte de la actividad. Por ejemplo: hacer instrumentos musicales para formar una orquesta con botellas descartables y lentejas dentro, tapers de plástico sin usar que adornamos y palillos que pintamos para usar como tambor, etc.

-       Es bueno también proponer actividades al aire libre. Los niños necesitan la actividad física: correr, rodar, trepar, subir, bajar. Compartir ejercicios con los papás les hace a los niños sentirse conectados.

-       Dejar elegir al niño algunas veces qué jugar y cómo y otras veces que sean los papás quienes proponen. Los niños deben aprender que se puede proponer pero también se debe aceptar.

-       Tomar en cuenta la etapa en la que se encuentra el niño, pues los más pequeños aún tienen un juego en solitario y repetitivo y, no va a ser provechoso proponerle una actividad en la que se vea obligado a compartir o asumir un rol.

-       Es bueno transmitir a los niños que cada actividad tiene su espacio, pueden haber momentos en que él juegue solo, otro en que juegue con sus amigos y otro en que comparta juego con papá y mamá. Pero además, está bueno que como adultos centremos realmente que nuestro objetivo es jugar con ellos cuando es el momento de jugar juntos, por ejemplo: ir a comprar a Metro no es pasar un rato juntos, tampoco es ir a comer a un restaurante y que los niños estén en el patio de juegos solos; éstas son actividades en las que  están padres e hijos pero no necesariamente jugando juntos.

-       Procurar proponer alternativas diferentes durante la semana. Un día ver juntos el programa favorito del niño; otro día, armar un barco de piratas en medio de la sala y otro, hacer un collage con pedacitos de papel en desuso para hacer un cuadro. La variedad le da al niño mayor campo de acción y amplía su proceso de aprendizaje.

La mejor manera de demostrar amor es dar: dar tiempo, dar espacio.
La mejor manera de vincularse es compartir: jugar es compartir.

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