En la actualidad, en mayor número
que en los años anteriores, se observan niños que requieren algún tipo de
acompañamiento especializado para reforzar ciertas áreas que no están
desarrollando apropiadamente. Pero, es importante tener en cuenta algunos
factores para saber si nuestro hijo necesita ayuda de un especialista. Sería conveniente
si:
- Se observan algunas conductas que no son propias de su edad. Por ejemplo, tiene casi tres años y no pronuncia ni una palabra con claridad o tiene más de cuatro años y no es capaz aún de controlar el pis de noche o muestra un rendimiento muy por debajo del promedio de su grupo en el Jardín. Es decir, hay algunos logros que no ha adquirido dentro de lo esperado.
- Se observan algunas respuestas muy intensas ante determinados eventos. Por ejemplo, muestra mucho temor ante una situación nueva y se paraliza o ante una frustración llora desbordadamente y no es posible calmarlo.
- Se observan algunos inconvenientes en sus interacciones: movimientos impulsivos que no puede controlar en sus juegos o limita en demasía su contacto social con niños de su misma edad.
- Se observan cambios en su conducta regular. Por ejemplo, una niña que generalmente se muestra de buen humor, de pronto parece irritable y enojada ó si normalmente un niño tiene buen apetito y acepta variedad de comidas, empieza a mostrar inapetencia o desgano a la hora de comer.
- Cuando ha sucedido un evento específico: fallecimiento de familiar, separación de los padres, viaje a otro país; incluso a veces mudanza de casa o si la persona que lo cuida se va; si estos eventos ocurren y el niño muestra ansiedad, temor o tristeza prolongada, ó si los padres no encuentran la forma más adecuada para abordarlo.
Es importante tomar en cuenta
antes que nada una revisión médica, es decir, lo primero es acudir a su
pediatra. Si el motivo físico se descarta, entonces habría que realizar una
evaluación psicológica integral y luego una derivación al especialista
apropiado.
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